El 21 de junio se celebra en el hemisferio Norte, el día más largo del año. Definitivamente no es un día como los demás, la naturaleza, el hombre y las estrellas se disponen a celebrar una fiesta, cargada de poder y magia. Todas las hadas y deidades de la naturaleza andan sueltos. A menudo se baila y salta alrededor del fuego para purificarse y protegerse de influencias demoniacas y asegurar el renacimiento del sol.
NOCHE DE SAN JUAN: Esta es una fecha en la que numerosas leyendas fantásticas son unánimes al decir que es un periodo en el que se abren de par en par las invisibles puertas del "otro lado del espejo": se permite el acceso a grutas, castillos y palacios encantados; se liberan de sus prisiones y ataduras las reinas moras, las princesas y las infantas cautivas merced a un embrujo, ensalmo o maldición; braman los dragones y vuelan los "caballucos del diablo"; salen a dar un vespertino paseo a la luz de la Luna seres femeninos misteriosos en torno a sus infranqueables moradas.
¿POR QUÉ SAN JUAN BAUTISTA? San Lucas narra en su Evangelio que María, en los días siguientes a la Anunciación, fue a visitar a su prima Isabel cuando ésta se hallaba en el sexto mes de embarazo. Por lo tanto, fue fácil fijar la solemnidad del Bautista en el octavo mes de las candelas de junio, seis meses antes del nacimiento de Cristo. He aquí alguno de los dichos populares de esta mágica noche:
- Si uno mira al espejo la Noche de San Juan aparecerá el Diablo.
- Se esa noche se pide bajo la higuera que la quiera su enamorado, saldrá cierto.
- Para obtener una llave mágica hay que cocinar a un gato en pleno monte, encerrándose en un círculo para que las visiones queden fuera. Una vez cocinado, uno de los huesos tendrá la virtud de abrir cualquier puerta.
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